¿Alguna vez ha imaginado que los cítricos puedan ser cuerpos celestiales, heroica y angelicalmente suspendidos en el firmamento? Puede que no, pero a J. C. Volkamer sí se le ocurrió, y encargó una extravagante y asombrosa serie de grabados a gran escala centrados en limas, limones y naranjas amargas; en estas escenas surrealistas, los frutos aparecen suspendidos en éter, majestuosos, a escala natural, flotando como planetas con un fondo de villas, jardines o paisajes lejanos.
Antes de que comenzase su importación desde Italia, en el siglo XVI, los árboles cítricos eran casi desconocid
¿Alguna vez ha imaginado que los cítricos puedan ser cuerpos celestiales, heroica y angelicalmente suspendidos en el firmamento? Puede que no, pero a J. C. Volkamer sí se le ocurrió, y encargó una extravagante y asombrosa serie de grabados a gran escala centrados en limas, limones y naranjas amargas; en estas escenas surrealistas, los frutos aparecen suspendidos en éter, majestuosos, a escala natural, flotando como planetas con un fondo de villas, jardines o paisajes lejanos.
Antes de que comenzase su importación desde Italia, en el siglo XVI, los árboles cítricos eran casi desconocid