En una de sus últimas comedias, Lope se presenta bajo la máscara del personaje Belardo. Ya encanecido y viejo, Otón le pregunta, sorprendido: «¿Aún viven Belardos?». Este le contesta: ""¿No habéis visto un árbol viejo, / cuyo tronco, aunque arrugado, / coronan verdes renuevos? / Pues eso habéis de pensar, / y que pasando los tiempos, / yo me sucedo a mí mismo"". La voz lírica bajo las máscaras de Belardo y Vireno (pastores), de Gazul y Zaide (moros), se contrasta, pasados los años, con ""ya sacerdote y rey"" y ""González es mi nombre"". Y ya dentro del ciclo de ""senectute"", con el Revere
En una de sus últimas comedias, Lope se presenta bajo la máscara del personaje Belardo. Ya encanecido y viejo, Otón le pregunta, sorprendido: «¿Aún viven Belardos?». Este le contesta: ""¿No habéis visto un árbol viejo, / cuyo tronco, aunque arrugado, / coronan verdes renuevos? / Pues eso habéis de pensar, / y que pasando los tiempos, / yo me sucedo a mí mismo"". La voz lírica bajo las máscaras de Belardo y Vireno (pastores), de Gazul y Zaide (moros), se contrasta, pasados los años, con ""ya sacerdote y rey"" y ""González es mi nombre"". Y ya dentro del ciclo de ""senectute"", con el Revere