Existe una gran laguna en el estudio psicológico y social de los hombres que han de aportar muestras de semen por diferentes situaciones clínicas, pese a que los sujetos lo describen sistemáticamente como algo innecesariamente público y sórdido, despertándoles sentimientos de soledad y no poca hostilidad. Son unos sentimientos que se profundizan más en cada aporte de semen que han de realizar (pues nunca es uno solo), lejos de la creencia general de que terminan acostumbrándose a hacerlo. El mundo sanitario, y la población general, no escucha el malestar de estos hombres porque piensan que el
Existe una gran laguna en el estudio psicológico y social de los hombres que han de aportar muestras de semen por diferentes situaciones clínicas, pese a que los sujetos lo describen sistemáticamente como algo innecesariamente público y sórdido, despertándoles sentimientos de soledad y no poca hostilidad. Son unos sentimientos que se profundizan más en cada aporte de semen que han de realizar (pues nunca es uno solo), lejos de la creencia general de que terminan acostumbrándose a hacerlo. El mundo sanitario, y la población general, no escucha el malestar de estos hombres porque piensan que el