En ""El Gigante egoísta"", ""El príncipe feliz"" y ""El ruiseñor y la rosa"", Oscar Wilde se sirve de parábolas y fábulas morales coloristas, al tiempo que plantea, como contrapunto, una crítica al egoísmo, la soberbia, la injusticia o la falta de valores éticos.
En ""El Gigante egoísta"", ""El príncipe feliz"" y ""El ruiseñor y la rosa"", Oscar Wilde se sirve de parábolas y fábulas morales coloristas, al tiempo que plantea, como contrapunto, una crítica al egoísmo, la soberbia, la injusticia o la falta de valores éticos.