En el siglo XX la moda pasó de ser un exclusivo negocio parisiense de salón al servicio de la alta sociedad a convertirse en una industria millonaria y globalizada en la que las tendencias llegan a las tiendas antes de que la última modelo se baje de la pasarela. En el camino, las siluetas de las firmas más representativas de cada época van evolucionando considerablemente y pasándose el testigo. En la moda femenina, los miriñaques de House of Worth dieron paso a los vestidos de noche cortados al bies de Vionnet; el new look de Dior, al look Chelsea de Mary Quant, y del vestido blanco de Halsto
En el siglo XX la moda pasó de ser un exclusivo negocio parisiense de salón al servicio de la alta sociedad a convertirse en una industria millonaria y globalizada en la que las tendencias llegan a las tiendas antes de que la última modelo se baje de la pasarela. En el camino, las siluetas de las firmas más representativas de cada época van evolucionando considerablemente y pasándose el testigo. En la moda femenina, los miriñaques de House of Worth dieron paso a los vestidos de noche cortados al bies de Vionnet; el new look de Dior, al look Chelsea de Mary Quant, y del vestido blanco de Halsto