Lisbeth Salander estáinquieta. Ha participado en un ataque hacker sin razón aparente y estáasumiendo riesgos que normalmente evitaría. Mientras, la revista Millennium ha cambiado de propietarios. Quienes le critican, insisten en que Mikael Blomkvist ya es
Lisbeth Salander estáinquieta. Ha participado en un ataque hacker sin razón aparente y estáasumiendo riesgos que normalmente evitaría. Mientras, la revista Millennium ha cambiado de propietarios. Quienes le critican, insisten en que Mikael Blomkvist ya es